miércoles, 22 de febrero de 2017

Bienaventuranzas del Evangelizador


Bienaventurado el evangelizador que ha escuchado la “llamada del Señor” y le ha dicho que sí.
Bienaventurado el evangelizador que invoca al Espíritu Santo para que ponga en sus labios las palabras justas, la Palabra de Dios que necesita escuchar la persona a la que evangeliza
Bienaventurado el evangelizador que está atento a la Voz del Señor que le habla en su Palabra pero también en el clamor de su pueblo.
Bienaventurado el evangelizador que se sabe necesitado de la vida comunitaria porque en ella se
conoce y ama, conoce y aprende a amar a sus hermanos y conoce y ama al Dios que anuncia.
Bienaventurado el evangelizador que anuncia la Buena Noticia a tiempo y destiempo.
Bienaventurado el evangelizador que es anuncio de Buena Noticia con su propia vida.
Bienaventurado el evangelizador que hace de la misericordia un modo de vida y contagia a los que lo rodean.
Bienaventurado el evangelizador que se sabe instrumento de Dios, atento para hablar y también para callar en el momento justo.
Bienaventurado el evangelizador que practica la misericordia cuidando a la hermana naturaleza e invitando a los demás a amarla y respetarla como mensajera del amor de Dios.

Bienaventurado el evangelizador que se sabe necesitado de ser evangelizado, porque sólo con actitud de discípulo podrá seguir evangelizando.
Bienaventurado el evangelizador que pone a Cristo como centro de su mensaje y al Misterio Pascual como el gran signo y gesto del inmenso amor de Dios.
Bienaventurado el evangelizador que ha hecho de María su madre, intercesora, inspiración y guía al dejar que resuene en su corazón las palabras de las bodas de Caná: "hagan todo lo que Él les diga"

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